El entorno laboral en el que nos toca desempeñarnos lo definen características como la rapidez, la incertidumbre y el cambio. Multitud de factores externos como clientes más exigentes, una mayor capacidad de respuesta y problemas, cada vez, más retadores; unidos a otros, de carácter interno, como turnos y horarios más demandantes, cumplimiento de objetivos, mayor productividad y tareas rutinarias implican que las PERSONAS necesiten compartir sus INQUIETUDES y PREOCUPACIONES con otras PERSONAS que las escuchen de manera EMPÁTICA, INMEDIATA y DEDICADA.
La anterior necesidad para unos (Colaboradores) se convierte en obligación y responsabilidad paras otros (Líderes). Grandes Gurús del Management Empresarial como Stephen R. Covey (Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva. 1989) y Daniel Goleman (Inteligencia emocional 1996) señalaron como aspecto esencial en la función del Líder la empatía y la escucha activa.
¿Qué es, entonces, la empatía? Podríamos definirla como la habilidad para compartir y comprender las emociones de los demás. Tratar a los demás acorde a su estado o a sus reacciones anímicas. Está comprobado que las empresas en las que sus Líderes son más empáticos con las personas de sus equipos presentan un menor nivel de estrés, un mayor nivel de motivación y una mayor resiliencia. La empatía es cada vez más importante en el estilo de liderazgo de las Organizaciones por la creciente necesidad de retener al talento de personas que experimentan y manifiestan sus propias emociones y sentimientos.
El rol que juegan los Líderes sobre la gestión de personas en las Empresas es cada vez más relevante y requiere de unas habilidades y una dedicación especial. Líderes y Empresas deben dar solución a los crecientes retos en materia de satisfacción laboral, emocional y mental.