ES POSIBLE QUE LAS DISTINTAS GENERACIONES AFRONTEN SUS RETOS DE MANERAS DIFERENTES, PERO PARECE QUE LOS EMPLEADORES TODAVÍA NO HAN DESCUBIERTO CÓMO LES PUEDEN APOYAR
Las generaciones de reciente incorporación al mundo laboral están más familiarizadas con los problemas de salud mental que sus predecesores, gracias a una creciente apertura y a que comparten sus problemas en las redes sociales. En un reciente estudio el 27% de los pertenecientes a la llamada Generación Z mencionaban sentirse deprimidos por su trabajo al menos 1 vez por semana en los últimos seis meses comparados con el 18% de los Millennials, el 14% de los de la generación Z y el 7% de los Baby Boomers.
Bobby Duffy (The Generation Divide: Why We Can’t Agree and Why We Should) indica que las nuevas generaciones “han crecido en una época en la que se ha normalizado mucho más hablar de problemas de salud mental, por lo que no sorprende que sea más probable que se identifiquen abiertamente con esos problemas”. Afirma también que “es mucho mejor… hablar abiertamente de los desafíos para la salud mental, es un claro beneficio”.
Más allá de las posibles diferencias grupales entre las distintas generaciones queda claro que la mejor manera en la que los Empleadores pueden ayudar a las personas que trabajan en sus organizaciones es con apoyo emocional y empatía ante las circunstancias que puedan estar afrontando. A partir de ahí, es necesario establecer los diferentes medios de apoyo para contribuir a la mejora del bienestar de las personas en función de sus características (escucha, grupos de apoyo, asesoramiento, consejo o terapia, entre otros).