Las relaciones interpersonales carentes de empatía se convierten en algo vacío de contenido, sin interés. Dicho de otro modo, sin conexión emocional ni sentimental.
En palabras de los autores Ovsyannikova, Oldemburgo e Inzlicht, la empatía: “permite a las personas equilibrar sus propios intereses con el bienestar de los demás a través de experiencias y emociones compartidas. Puede promover la cooperación, el altruismo y las conductas de ayuda, fortaleciendo así los vínculos sociales”.
Las personas necesitamos sentir que cuando interactuamos con los demás nuestra comunicación no es superficial, sino que se caracteriza por ser empática. Además, genera una serie de sensaciones, reacciones y sentimientos en cada uno de nosotros. Pero la realidad es que las interacciones son cada vez más “frías” y transaccionales y se caracterizan por ser un mero intercambio de información. Este vacío emocional propio de relaciones y comunicaciones faltas de empatía puede verse agravado cuando se experimentan situaciones muy relevantes en las que se busca compasión, consuelo y apoyo. Por ejemplo, está comprobado que las empresas en las que sus Líderes son más empáticos con las personas de sus equipos presentan un menor nivel de estrés, un mayor nivel de motivación y una mayor resiliencia.
Debemos tener presentes las necesidades básicas de carácter emocional que buscamos cuando nos relacionamos con los demás:
- Atención. Todos necesitamos sentirnos atendidos. Que se nos presta atención. Es decir, sentir que existimos y no nos encontramos desatendidos.
- Afecto. Del mismo modo, las personas necesitamos sentirnos queridas y que se nos trate con aprecio.
- Aprobación. Sentir que se nos trata con respeto y tolerancia.
- Aceptación. Ser aceptados genuinamente, con nuestras virtudes y con nuestros defectos
Ante la relevancia de la empatía en todas nuestras relaciones interpersonales se llevó a cabo un interesante estudio (*) en el que se trata de resolver la cuestión de si es más compasiva y empática la Inteligencia Artificial que la humana. El estudio concluye que, efectivamente, la inteligencia artificial es más empática y compasiva, especialmente en situaciones de crisis. El motivo parece estar en que la Inteligencia Artificial responde sin prejuicios, de forma consistente porque interpreta patrones de lenguaje y siempre se encuentra disponible.
Más allá de la polémica que suscita la Inteligencia Artificial, la necesidad de toda persona de percibir y experimentar apoyo, comprensión y compasión en cualquier momento y situación es evidente. La necesidad está ahí y necesita tener respuesta. Por ello, que los participantes en el estudio valoraran de forma positiva la disponibilidad constante de una comunicación compasiva y empática, a pesar de que fuera brindada por un algoritmo que no siente realmente lo que expresa, sólo imita.
(*) Third-party evaluators perceive AI as more compassionate than expert humans. Communications Psychology