Existe la creencia que hacer más implica ser más productivos. Por ello, nuestras agendas, personales y profesionales, están repletas de actividades y tareas; las cuales, algunas de ellas, no aportan mucho valor. Esta realidad que, seguro, no sorprende a ninguno de nosotros conlleva una falta de productividad real, ya que no terminamos mucho de aquello que nos proponemos y planificamos y, lo peor de todo, es que si llegamos a concluir lo deseado es con una clara falta de calidad y eficiencia. La multitarea es, precisamente, llevar a cabo varias actividades a la vez para, de este modo, hacer mucho más y ser más productivo. Pensar que hacer más cosas en un período de tiempo específico implica un mayor rendimiento no es necesariamente cierto. Además, conlleva una clara falta de calidad en la actividad realizada
La multitarea puede conllevar, también, un alto costo en términos de salud mental y emocional. La constante interrupción a la que nos vemos sometidos, así como nuestra propia distracción requiere demasiado esfuerzo mental para volver a concentrarnos y regresar a aquello que dejamos inconcluso. El resultado puede ser que tengamos que alargar nuestra jornada para hacer frente a todo lo requerido o, bien, que la calidad sea sacrificada en aras de la cantidad de tareas que tenemos que terminar. Lo anterior, sin lugar a dudas, conlleva vivir constantemente con altos niveles de ansiedad y estrés, los cuales tienen fuertes implicaciones en nuestra salud.
La multitarea lleva implícita una sobrecarga mental y, por ende, un agotamiento que puede ser extremo al estar continuamente alerta respondiendo distintos y diversos requerimientos. También son frecuentes los problemas de memoria y atención dividida. Nuestra salud emocional también se ve afectada, fundamentalmente, por la insatisfacción y la frustración de no cumplir con todo lo requerido lo que puede acarrear problemas de autorrealización personal, expectativas sociales y autoestima.
Reducir las repercusiones en nuestra salud mental que conlleva convivir en un entorno donde prima la multitarea es posible atendiendo los siguientes aspectos:
- Planificación y organización. Estructurar las actividades teniendo en cuenta que el tiempo es finito y gestionar correctamente los llamados “ladrones del tiempo” (llamadas, interrupciones,…)
- Concentración. Reducir las distracciones a lo largo del día y tratar de hacer las actividades con la calidad requerida.
- Gestión adecuada de las emociones. Aceptar nuestras propias limitaciones. Es normal no poder llegar a todo. Reconocer nuestras propias emociones e identificar qué estamos sintiendo. En definitiva, gestionar nuestros sentimientos.
- Reducir la ansiedad y el estrés. Tratar de evitar continuos cambios en las actividades que estamos realizando para, así, reducir la carga mental asociada a la multitarea.



